El Museo de la Almoina

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Es un Museo Arqueológico de Valencia, que se encuentra en la Plaza de la Almoina. Sus restos son conocidos a partir del año 1985, cuando la Basílica de la ciudad compró esos terrenos como parte de su proyecto de ampliación; ante el hallazgo de lo que allí había, el Ayuntamiento de Valencia decidió comprar el terreno, comenzando las intervenciones arqueológicas inmediatamente hasta 2005. El lugar fue convertido en Museo Arqueológico e inaugurado por la alcaldesa Rita Barberá en 2007.

El lugar tiene unos 1500 años de historia. Los orígenes de la ciudad dependen mucho de él. Los primeros habitantes de la ciudad eran antiguos soldados de las guerras contra Viriato. Donar tierras a estos veteranos era un modo de control del territorio. El Museo alberga elementos de cultura material, pertenecientes a varios edificios monumentales de diferentes épocas, inscripciones, elementos arquitectónicos sueltos como más de mil monedas y muchos restos de cerámica.

En el pozo, que se encontraba en este lugar, de una profundidad de 3’29 m., se hallaron piezas cerámicas como morteros, ollas, cazuelas, vajilla de mesa y recipientes destinados a contener vino, aceite y cerveza. Próximo a este lote cerámico se encontraron numerosos huesos de oveja, cerdo, gallo, toro y cabra. Esto debió tener una finalidad religiosa.
Aquí encontrarás también el hórreo, cuya parte posterior puede visitarse en este museo; consistía en un edificio público donde se guardaban las cosechas de cereales y otros productos de primera necesidad, garantizando así, que el abastecimiento de la ciudad estuviera garantizado.

Era un edificio de grandes dimensiones, construido con grandes sillares de arenisca. Medió 24 metros de lado y ocupaba una ínsula o manzana completa. Los restos que podemos ver en el Museo de la Almoina sólo son una parte de lo que fue este gran edificio, consistente en cuatro grandes naves. Se dice que las termas que allí existen son de las más antiguas en toda la Península Ibérica.